Los malos tratos en los mayores repercuten en su calidad de vida, produciendo trastornos del sueño, pérdida de autoestima, depresión, miedo, ansiedad, abandono del cuidado de uno mismo, pérdida de apetito, dependencia de medicamentos u alcohol, disminución de las defensas, lesiones físicas permanentes e incluso tendencias suicidas o muerte en los casos muy graves.
El problema de los malos tratos en mayores es complejo, es un fenómeno oculto difícil de detectar ya que muchos de ellos no son conscientes de que son objeto de malos tratos y otros son incapaces de manifestarlo por no perjudicar a su propia familia.
Percibir si existe una situación de malos tratos requiere de una actitud activa e interesada, pues son muchas las barreras que dificultan su detección.
Como personas mayores debemos exigir un trato respetuoso, como ciudadanos todos tenemos la obligación moral de denunciar o avisar de las situaciones de malos tratos que detectemos en aquellos casos en que la persona mayor por su situación no pueda tomar las decisiones adecuadas.