En los campos de Vera, en las Tierras de la Baria, los griegos y romanos no solamente buscaban la plata, sino también los granos de oro de aquellas espigas que hacían de los campos, un mar amarillo al mecerse con el viento. Para los griegos el cerdo era un manjar, y los espartanos elaboraban un bodrio hecho de carne y sangre que sería un antepasado de las morcillas. Las siguientes generaciones aportaron más materias primas y nosotros, con la gracia natural de esta tierra, hemos ido poniendo cosas en el puchero hasta conseguir la Olla de Trigo Almeriense.
Hay quien pone a hervir por la noche anterior el trigo solo, durante una media hora, después lo aparta del fuego, lo tapa y lo abriga, para que siga hinchándose. Otros utilizan en lugar de judías, unos garbanzos, pero como la solemos hacer por esta parte de Almería es así:
- Debemos de humedecer el trigo y después machacarlo en un mortero de madera para quitarle la cascarilla. Acto seguido lo lavamos bien para dejar el grano limpio.
- En una olla ponemos a cocer el trigo, las judías, los hinojos (cortados en trocitos), el tocino, la oreja, las patas, espinazo y un poco de magra de cerdo.
- Dejamos que se haga todo, a fuego lento, durante 2 horas. Mientras cortamos las patatas en trocitos, y al cabo de ese tiempo añadimos a la olla, la morcilla, el azafrán, sal y estas patatas.
- Cuando estén cocidas estas patatas (20 minutos aproximada¬mente) retiramos la olla del fuego y dejamos reposar una media hora antes de servr.