La capacidad funcional de las personas mayores de 65 años va a constituir el criterio de partida para poder establecer una clasificación en personas sanas o autónomas, frágiles y dependientes, que facilite el grupo de intervenciones que se desarrollarán dentro de este programa de salud para personas mayores de 65 años.
Así, el examen de salud para personas mayores de 65 años estratifica en función de la capacidad que tienen las personas para realizar las actividades cotidianas de la vida diaria como lavarse, vestirse, comer o desplazarse.
En función de esta capacidad podemos considerar que las personas son autónomas cuando son capaces de realizar por sí mismas todas las actividades de la vida diaria. Se consideran personas con riesgo de fragilidad funcional cuando alguna de estas actividades puede estar mermadas y se consideran personas en situación de dependencia cuando para más de una de las actividades de la vida diaria requieren el apoyo de otra persona.
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