La polimedicación y el uso inapropiado de medicamentos tienen repercusiones en las personas mayores, ya que puede disminuir el seguimiento de los tratamientos, tener efectos perjudiciales y aumentar el riesgo de hospitalizaciones.
Además, el uso inadecuado de los medicamentos puede provocar un mayor riesgo de caídas y aumentar el deterioro de la funcionalidad física.
Para afrontar este problema, se recomienda que los y las profesionales de salud se planteen las siguientes cuestiones sobre un medicamento:
- ¿está indicado para ese problema de salud?
- ¿es adecuado según las necesidades del paciente?
- ¿es la alternativa más eficaz y efectiva?
- ¿la dosis, la pauta y la duración del tratamiento son las más adecuadas?
- ¿puede duplicarse o estar contraindicado por la edad o y por la patología del paciente?
- ¿existe riesgo de interacción con otros medicamentos oy de reacción adversa?
Si toma algún tipo de medicación, recuerde:
- Evite los llamados “fármacos placebo” y los “medicamentos milagro”. No suelen tener eficacia demostrada y pueden interferir con otros medicamentos.
- Es conveniente conocer el efecto de cada una de las medicinas que tomamos y lo que ocurriría si dejamos de tomarlas
- Cuando vaya a la consulta, dígale al profesional que le atiende todas las medicinas que toma. Incluso las de herboristería, homeopatía y aquéllas que le haya podido aconsejar familiares y vecinos. Todas juntas pueden tener efectos nocivos.
- Es conveniente tener una rutina adquirida para la toma de medicamentos, en la misma hora y todos los días. No conviene ni tomar más de lo recomendado ni tampoco menos.
- Nunca tome antibióticos sin que se lo haya recomendado su médico o médica.
- Haga caso de las recomendaciones del profesional de medicina de familia si le aconseja suspender algún medicamento, es quien conoce todo su tratamiento y sus enfermedades.