Las personas mayores son más sensibles al exceso de calor en el ambiente porque:
- Producen menos sudor que una persona más joven.
- La capacidad para regular la temperatura es disminuida.
- Su temperatura corporal puede subir más deprisa.
- Se adaptan peor a las altas temperaturas.
- La piel es mas fina y es mas sensible a los rayos del sol.
Las enfermedades crónicas que agravan los efectos del calor, sobre todo, las cardiacas, pulmonares o del hígado, y especial cuidado cuando se toman medicamentos para tratarlas, como diuréticos, antihipertensivos o antidepresivos.
Las personas con problemas de memoria, de comportamiento o dificultad para orientarse no son capaces de poner remedio a necesidades tan básicas como la sed, o la sensación de calor excesivo.
Otras situaciones que aumentan el riesgo al calor
- Soledad, aislamiento social.
- Vivienda difícil de refrigerar.
- Ausencia de sistemas de refrigeración en la vivienda.
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Fuente: Verano y Salud en Andalucía. Cuidados frente al calor